Vamos a reflexionar un poco sobre el concepto Dios. ¿Qué cosa es Dios? ¿Es alguien o es algo? -Hay quienes lo ven como alguien, y otros lo conciben como algo.
-El pensamiento que percibe a Dios como alguien, está manipulado por el concepto tradicional fundamentalista que ve a Dios como un hombre, un señor, o un ser antropomorfo a imagen y semejanza de los humanos. El adjetivo calificativo de creador, igualmente es concebido a la imagen del hombre, que manipula la materia para crear aquí y allá de acuerdo a su voluntad y a sus deseos; que en términos astronómicos, se trata de un Dios extrauniversal o separado del universo y de la naturaleza. -Las mentes supuestamente más esclarecidas conciben al Dios creador como un espíritu, pero al no tener una idea clara de lo que es realmente un espíritu, terminan por homologar el concepto con el espíritu del hombre.
Lo cierto es, que este pensamiento basado en la tradición fundamentalista, no ha sido capaz de ir más allá de la imagen humana en la concepción de Dios. Forma y espíritu, sigue siendo a imagen y semejanza del hombre mismos.
-Los que conciben a Dios como algo y no como alguien, que a mi juicio es la más cercana a la realidad, ven al Dios creador como un TODO y el mismo universo, como un TODO con la naturaleza universal; como un creador unido a su creación y no como un Dios antropomorfo y extrauniversal. Este pensamiento no ve al creador como una entidad individual e independiente de la naturaleza o de su creación. Lo percibe como uno y la misma cosa. En este sentido, Dios no es un creador o modelador que manipula la materia-energía con sus manos, sino más bien algo que se crea y se recrea a sí mismo en todo lo que llega a existir. No podemos decir entonces que Dios creo el universo, por que él es el mismo universo; no podemos pensar que Dios creo a la naturaleza, por que él es la naturaleza; no podemos imaginar que Dios crea al hombre, por que él es el mismo hombre. ¿Qué es Dios entonces? ¿Es alguien? De ninguna manera. Al ser TODO lo que existe y lo que llega a ser, es el universo, la naturaleza, los animales, los hombres, TODO. Nada puede existir por si mismo, ni subsistir separado de la fuente de la vida que es el universo o macrocosmos.
De esta forma, el hombre no es creado por Dios, es Dios mismo, porque es una extensión de Dios. Tampoco es creado por el universo, sino que es parte del universo, un universo en miniatura, microuniverso o microcosmos. Tampoco es creado por la naturaleza, sino que es parte de la naturaleza misma.
En otras palabras, el hombre es una parte del TODO, y el TODO, es en cada una de sus partes. Por eso no podemos ver a Dios o a la creación separada de nosotros mismos, por que yace en nuestro interior y en nuestra naturaleza. Aquí es en donde se encuentra el misterio de nuestra conexión con Dios. Esa conexión no puede ser externa, sino interna.
El hombre nunca podrá hacer contacto con el Dios universal o Dios de los cielos. Tampoco lo hará a través de los templos, sinagogas o mezquitas que usa como vehículos para comulgar o hacerse uno con Dios; y mucho menos podrá lograrlo siguiendo a hombres, aunque se diga que esos hombres han hecho contacto con Dios. Porque la comunión o contacto con la divinidad es personal, intima e interior. El hombre debe hacer contacto por sí mismo con su Dios personal, con su Dios interno mediante su corazón, mente y espíritu. Su cuerpo es el único vehículo con el que el hombre puede hacer contacto con su Dios; y ese Dios, es su Dios íntimo. No como cordero que está dispuesto al sacrificio para agradar a alguien, como si Dios fuera ese alguien, sino como un dios individual, que refleja la mente de Dios que está en su interior. En otras palabras, tenemos que evolucionar para asemejarnos a la imagen de Dios. Necesitamos convertirnos en dioses, es decir, en seres civilizados, de amor y compasión, de justicia y de paz.
¡Que nadie les convenza de otra cosa por que estará mintiendo!: Tenemos que entender que Dios no está allá ni acá, sino en nosotros, está en ti y en mí. Esa es la única forma de concebir a Dios como un hombre, en nosotros mismos. Cuando el hombre se convierte en un dios, Dios se convierte al mismo tiempo en hombre. Aparte de nosotros, un Dios hombre es inconcebible e inaceptable. Él soy yo, y yo soy él. El es un hombre en mí, y yo soy un dios en él. Reclamen su derecho divino y sean congruentes en sus acciones, para que no haya falsedad en sus palabras.
Sabemos que la naturaleza universal es regida por cuatro leyes o principios universales: La gravedad, el electromagnetismo y las dos fuerzas nucleares. Estas leyes no pueden subsistir separadas ni unas sin las otras. Los cuatro principios creativos se encuentran en todas las partes de la creación formando un gran equipo en la construcción de la vida en el universo.
Las palabras; “yo y mi Padre somos uno”, “el que me ha visto a mí ha visto al Padre”, son expresiones de cada una de las partes con la unidad del creador universal. Recapitulando, si Dios es en cada una de sus partes, entonces, cada una de esas partes son Dios. Aquí es en donde cobra sentida la expresión aquella que dice: “ustedes serán dioses”.
Nuestros hijos no son creación nuestra, son creación del Dios creador universal que se está reproduciendo en y a través de nosotros y en cada uno de sus otros géneros.
El hombre no es igual a Dios, porque Dios es Todo, y él, solo una pequeña parte. Por lo que se entiende que una parte no puede compararse con el TODO. Pero en pequeña escala, el hombre, al ser una parte del creador universal, es un miembro del cuerpo de Dios, y por lo tanto un dios en miniatura, una chispa de la gran luminaria universal, una replica del cosmos y el macrocosmos. “Lo de arriba es igual a lo de abajo, y lo grande se repite en lo pequeño”, dice una antigua verdad universal.
Dios somos todos, luego, si tú eres Dios y yo soy Dios, no puedo hacerte daño ni lastimarte en ninguna de las modalidades por que me estaría lastimando a mí mismo, por que tú eres yo, y yo soy tú; los dos somos uno y todos somos uno. La violación de la ley del orden trae como consecuencia la ley del Karma, conocida también como ley de causa y efecto, ley del talión, ley del péndulo, ley de la siembra y la cosecha, ley de la auto-retribución. Otra ley universal dice que todo lo que sale regresa a su propia fuente, sea bueno o malo, sea bello o feo.
El sentimiento de separación que sentimos en esta realidad es falso. El TODO es uno y el uno es todo. En este sentido, no podemos concebirnos separados de Dios, no en el sentido religioso, sino literalmente, por que Dios está en nosotros y literalmente mora en nosotros. No hay más que un solo Dios y un único espíritu. Y ese Dios y ese espíritu somos todos.
Es una la fuente que hace que los hombres desarrollen diferentes cualidades, virtudes y personalidades. Así que Dios actúa a través del hombre. De la misma Manero lo hace el demonio en las regiones que no han sido iluminadas por la luz de Dios, que entra en el hombre a través del conocimiento. El conocimiento es luz, es esclarecimiento, es entendimiento y comprensión.
A través del conocimiento el hombre común se hace conciente de su origen divino y se transforma en dios, y al hacerlo, se conecta con la fuente de su ser, de quien vive y se alimenta, tanto física como espiritualmente. En la vida de una mariposa se encuentra la metáfora del destino del hombre.
Ni Dios ni el Demonio tienen poder sobre el hombre más que el poder que nosotros mismos les permitimos. Ambos actúan desde el interior del hombre. La integridad física del hombre depende del Dios original universal, por que en él vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser; pero la decisión de servir a la luz o a la oscuridad es nuestra. Por ello, cuando buscamos a Dios, no debemos hacerlo en los templos, en los ríos o las montañas, sino en el interior de nosotros mismos. Ahí es en donde el hombre eventualmente debe encontrar a Dios, a su Dios interno, al Dios hombre, al que debe venerar, honrar y respetar. De poco o nada sirve que Dios more en el cielo, en las altas montañas, en los templos o los bosques, si no mora en el hombre, si no mora en ti y en mí y en todas las partes o miembros del cuerpo de Dios.
Cuando el hombre cobre conciencia de su verdadera naturaleza divina y se decida a manifestarse como tal, entonces se dirá y se dirá bien, que Dios ha venido a hacer su morada en la tierra, y el llanto, el dolor y la muerte no serán más. No crean todo lo que les dicen. Ni Dios ni el Cristo ni el espíritu vendrán a la tierra, sino a través del hombre. No busquen fuera, porque afuera no encontrarán nada, busquen en el interior de los hombres y en el interior de ustedes mismos, ahí duerme el hijo del hombre que se convertirá en Cristo y luego en Dios. De otra manera, no vemos cómo y de qué manera haremos cumplir el padre nuestro, si no hacemos descender la imagen y la semejanza de Dios sobre nosotros, la tierra de este mundo.
-LA CIENCIA HABLA DE DIOS. -La ciencia reconoce que la materia universal comenzó en un solo punto del universo llamada singularidad o Big-Bang. Las ciencias esotéricas dicen que Dios, siendo uno se dividió en dos: En macho y hembra o positivo y negativo. La creación de Adán y Eva, son una metáfora de esta creación original, así como también de la formación de todas las estrellas. La historia del Génesis tiene más que ver con la formación de las estrellas que con la creación de nosotros.
Cuando el uno explosiona en lo que los científicos llaman Big Bang, el uno, que es todo al mismo tiempo, se convierte en dos; en materia positiva y negativa. Cuando esa materia se acumula, se condensa y explosiona de nuevo, da lugar al nacimiento de las galaxias. En las nebulosas de esas galaxias que quedan como resultado de la explosión, se forman las estrellas de segunda generación. Esas estrellas masivas de segunda generación llamadas súper-novas, también explotan y de su materia proceden los elementos pesados y la formación de planetas y nuevas estrellas. Estas creaciones pertenecen a una tercera generación. Todas las estrellas siguen el mismo proceso del primer Big Bang; que siendo uno al igual que el creador original, se convierten en dos, es decir, en macho y hembra, o positivo y negativo. Lo negativo viene a ser los planetas, la mujer o el lado femenino del varón. Lo positivo es la estrella misma que permanece en el centro como fuerza rectora para los planetas y estrellas que de ella salieron. Un fenómeno ocurre en forma similar con el hidrógeno y el oxigeno, pero en sentido inverso, que existiendo en forma separada en el universo, en el agua se unen para formar un solo cuerpo, un solo ser. Ahí tenemos al dos transformándose en uno, en una gota de H20.
En el lenguaje metafórico, Adán es nuestro sol, del cual surge Eva, que a su vez representa a la tierra como la esposa y madre de todo lo que vive y ha llegado a vivir en ella. Y el sol, es el padre creador local, dios o logos solar, o hijo creador de cuarta generación. En esta metáfora astronómica tenemos la única fuente en donde encaja la historia de la creación de Adán y Eva. En donde es el varón quien da a luz a la mujer. Los soles o estrellas son los únicos varones que se dividen para transformarse en macho y hembra. Son los únicos hijos de Dios de donde salen las mujeres, es decir, los planetas. La creación de Adán y Eva es tan solo una metáfora de una creación estelar, y nada tiene que ver con la creación del hombre. Por lo menos, no en forma literal.
La creación del hombre debemos buscarla en otros lugares y en otras formas, porque el hombre no procede directamente de las estrellas, sino de un espécimen semejante a él mismo de acuerdo a la ley de generación, la cual sostiene que todo lo que llega a la existencia, necesariamente tiene que proceder de un género similar. Si la ley de generación es exacta como se demuestra en la naturaleza, tenemos que aceptar que las estrellas engendran estrellas y planetas, que los pájaros engendran aves y que los peces generan peces, etc.; y en ese mismo orden, el hombre terrestre obligadamente tuvo que haber venido de otros hombres o de algo semejante, en una generación tardía.
Para encontrar el misterio del origen del hombre, tenemos que seguir la línea descendente desde las estrellas. Ya entendemos que las estrellas no generan formas humanas, no directamente. Las estrellas crean estrellas y planetas, pero también, al parecer, crean seres de luz en forma de bolas de fuego. Estos hipotéticos hijos de luz, se hacen necesarios para continuar la línea descendente desde las estrellas hasta los planetas, para ayudar a transformar al animal en humano. Sin ellos la forma humana no sería posible. Por que la naturaleza puede producir la vida animal por sí misma y evolucionarla hasta un cierto punto, pero la creación de las criaturas inteligentes, al parecer, y como lo veremos más adelante, necesitan la intervención de una inteligencia superior, en las que estas criaturas inteligentes extraen genéticamente la forma humana de la naturaleza animal.
Para fines de intervenir en la materia, mediante la manipulación de los códigos genéticos en los planetas que eventualmente desarrollan vida física-biológica, las estrellas necesitarían un puente o eslabón para alcanzar el material genético en los planetas distantes. Este puente o eslabón entre las estrellas y los planetas, pudo haber sido franqueado por estos hijos de la luz o hijos de las luces, tal vez no para crear la vida directa y por ellos mismos, sino como ingenieros, arquitectos o genetistas de las formas físico-biológicas en los planetas del vasto universo. La línea de creación de las estrellas la encontramos en la dualidad de estrella y planetas. La vida que de forma natural se desarrolla en los planetas con el poder de los rayo del logos solar planetario, mediante la evolución natural.
La evolución de la vida es un evento probado hasta antes de las criaturas inteligentes que son los humanos o semihumanos. La polémica comienza en ese punto, ¿Si la naturaleza moldeo y sacó al hombre del animal por sí misma, o recibió ayuda extra? Ese es el punto que tratamos de descubrir.
Las evidencias apuntan a que la vida animal y humana no comenzó en este planeta, por lo que se presume que la vida fue sembrada, y al ser sembrada, necesariamente tuvo que venir del espacio exterior; tanto la vida microbiana como el material genético de la forma humana, como se lee entre líneas en los textos antiguos.
También existe la probabilidad de que la vida sea producida por sí misma en los sistemas acuíferos de cualquier planeta de manera natural. Sea que haya venido del espacio exterior, o que haya surgido por sí misma en forma natural en este planeta, ese no es el tema a tratar en este artículo. Lo que estamos tratando de aclarar aquí, es el origen de la forma humana. Porque al parecer, resulta técnicamente imposible que la naturaleza haya producido por sí sola la figura humana a partir del animal.
Sin lugar a dudas, la vida físico-biológica, ya sean animales o humanos inteligentes, se originó de las estrellas. Por que somos polvo y materia de estrellas. Las estrellas son las únicas que tienen la capacidad para crear por sí mismas, por ser a imagen y semejanza del creador original universal que tuvo su inicio en el Big Bang y en las estrellas centrales de cada galaxia, legando ese poder creador a todas y cada una de las estrellas que se convierten en logos planetarios. Cada logos planetario podría tener la capacidad de producir vida en dos diferentes formas; directamente, en forma de bolas, círculos o creaturas de luz, como ya vimos, y la otra, a través de sus rayos de luz en los planetas, de manera natural, gradual y evolutiva. Aquí es en donde parece que nuestros hermanos de fuego o seres inteligentes de luz, realizan su trabajo para producir la forma humana, mediante la manipulación del material genético de las diferentes especies de animales, no en este planeta originalmente, sino en algún otro planeta no determinado del universo.
Resulta un tanto difícil para la mente humana comprender que unas creaturas en forma de bolas de fuego, completamente amorfas, puedan producir la forma humana a partir de ellas mismas. Sin embargo, no podemos descartar la idea popular de que los llamados ángeles, arcángeles y otras creaturas espirituales, sean estos seres de luz o bolas de fuego. Y que a su vez, al ser seres espirituales, como se les conoce, sean capaces de transformarse en cualquier forma que puedan imaginar.
Se han tomado videos en los que aparecen bolas de luces azules, verdes, amarillas y de otros colores volando en lugares en los que ocurrieron batallas importantes entre los indios del viejo oeste y las tropas de Estados Unidos. Los investigadores de lo paranormal sugieren que podrían ser los espíritus de los indios que murieron en esas guerras. Hasta ahora, nadie ha podido determinar las medidas, las características o la forma del espíritu del hombre. Así que, por lo tanto, tampoco puede negarse o refutarse que el espíritu sean auténticas bolas de luz de diferentes colores, algo parecido al aura humana.
Nadie puede decir qué forma tienen los espíritus. Ni siquiera sabemos si son formas o sin formas. Identificamos más a los espíritus como luces. A menudo escuchamos en los textos antiguos decir: El padre de las luces. Si estos padres son las estrellas, y estas estrellas son bolas de fuego, luces o criaturas de luz, lo lógico sería que sus hijos fueran a imagen y semejanza de ellos mismos, de acuerdo a la ley de generación.
Se dice y se cree que somos espíritus experimentando la vida en la materia. ¿Qué tendrían que hacer los seres con cuerpos de luz para manifestarse en los planos más densos de la materia? En otras palabras--¿Qué tendría que hacer la luz para manifestarse en la forma humana?
Lo primero que tendrían que hacer, es crear la forma, producir el vehículo o la habitación que les serviría para experimentar la vida más allá de la luz, en los cuerpos opacos, y en los mundos oscuros de la materia. Esto sería lo que en oriente se conoce como encarnación y reencarnación de las almas espirituales. Se dice que cuando las formas espirituales desearon experimentar la vida en la materia oscura y densa, simplemente crearon las formas físicas inteligentes y se encarnaron en ellas.
Ahora cabe la pregunta: ¿De dónde tomaron la plantilla para crear la forma humana? Bueno, si estos seres de luz pueden tomar la forma que se les antoje, bien pudieron convertirse en humanos de luz, y luego condensar sus cuerpos hasta alcanzar el estado de la materia densa, como sucede con los planetas y con las estrellas cuando queman todo el combustible. O bien pudieron crear directamente la forma humana por proyección de la luz, o procesando formas pensamiento para producirla con su fuerza de voluntad. Hay quienes aseguran que de esa manera fue creado el hombre por los llamados Elohim, dioses o seres de luz. Sin embargo, esta es una de las teorías más románticas que existen, por no tener forma de probar ni siquiera de manera indirecta el misterio del origen del hombre.
La más fuerte y la más decidida de todas las teorías que hablan del origen del hombre terrestre, es decir, de nosotros; es que descendemos de una cruza genética entre una mona terrestre y de una raza extraterrena de hombres.
Actualmente existe evidencia de que estamos siendo visitados por razas aparte de la nuestra que desciende del primate, por otras razas que descienden de la plantilla genética de los felinos, de los lagartos y de los reptiles, entre muchos otros. Ha sido bien documentada una raza extraterrestre de procedencia genética indeterminada conocida como los grises, que poseen cuatro dedos en las manos y pies. Aunque no lo revelan a la luz pública, algunos gobiernos tienen conocimiento de la existencia de estas criaturas a las que llaman extraterrestres, pero bien podrían venir del futuro o del pasado, de otras dimensiones o del fondo de la tierra y de los océanos.
Esta variedad de formas y diversidad de razas nos conducen a la presunción una: Que la naturaleza universal es capaz de alcanzar por sí misma la imagen humana y la inteligencia natural a partir de cualquier especie de animal, y no nomás de los primates como en el caso nuestro. O, presunción dos: Que el trabajo de manipulación genética es materia bastante común en todo el universo.
En el caso de nuestra forma humana que desciende de los primates, del mono, del humanoide, del Neardental y finalmente del hombre de Cromañón, no ha sido comprobado realmente si la forma humana fue producida por obra y cuenta de la naturaleza de acuerdo a la teoría de Darwin. Pero si así fuera, esto vendría a ser evolución pura, y creación directa de la naturaleza universal, sin ninguna otra intervención adicional.
Pero las evidencias persisten en hacernos voltear una y otra vez a la teoría de la intervención extranjera. Pues hay indicios de que al menos en este planeta, la naturaleza no produjo la forma humana por sí sola. Las evidencias que resaltan por doquier, son indicios que nos conducen a la hipótesis de que el Homo Sapiens, apareció repentinamente sobre la tierra solo por una razón, por que hubo manipulación genética e intercambio del material genético de la tierra y el material genético de humanos extraterrenos.
La historia de las tablillas Sumerias así lo señalan, como lo veremos más adelante. Por lo pronto, nos abocaremos a demostrar que los creadores o progenitores de la raza humana fueron hombres y no Dios, como se afirma en la Biblia. El génesis fue escrito a partir de las tablillas de sumer.
La palabra Anunaki, documentada en las tablillas Sumerias, quiere decir, “los que vinieron del cielo a la tierra”, los hebreos la tradujeron como Elohim, (Dioses) que significa lo mismo, “los que vinieron del cielo”, solo que los descendientes tardíos de los Sumerios, y entre ellos los hebreos, identificaron el término con los dioses del cielo y como verdaderos dioses, dado que ellos habían sido los creadores de la humanidad, según estaba escrito en las tablillas Sumerias.
Así fue como el término Anunaki y Elohim se degeneró en el tiempo y el espacio, perdiéndose el verdadero significado del seudónimo o adjetivo calificativo, dioses, es decir, “Los que del cielo habían venido a la tierra”, y que en la actualidad llamamos “Extraterrestres”.
A la humanidad posterior le vendieron el término Anunaki o Elohim, plural o dioses, y las religiones monoteístas lo cambiaron a singular, Eloha o dios.
Fue así como estos Anunaki, Elohim o extraterrraqueos, se convirtieron en los creadores del hombre terrestre y por consiguiente en los dioses de la humanidad, que aún son venerados como tales en nuestros días por casi todas las religiones del mundo. Se percibe pues, que los seres de luz fueron los creadores originales de las diversas razas que existen en el universo, y que una raza humana extraterrena, que vino de un planeta llamado Nibiru, según los anales sumerios, fue la que creó la forma humana del hombre de la tierra.
La narrativa de algunas partes del Génesis no nos conducen hacia el Dios creador original universal, que es todo, es decir, que es algo y no alguien, como es concebido por el pensamiento fundamentalista. Nos conduce hacia el carácter o personalidad de estos individuos extraterrestres belicosos, rencorosos y vengativos. El creador universal nada tiene que ver con paraísos, mandatos y árboles de la vida. Esto tiene que ver con personajes de carne y huesos, que se ocupan de asuntos meramente humanos y terrenales. Esto tiene que ver con conflictos de estos extraterrestres con los humanos.
En las tablillas sumerias se narra la historia de cómo y por que estos anunaki llegaron a la tierra. De cómo, porqué y con que fin crearon en un laboratorio al hombre. De cómo tomaron el material genético de una mona bípeda y lo mezclaron con el material genético de uno de los suyos. Las figuras humanas que aparecen en algunas tablillas se parecen más al hombre de Neardental que al homo sapiens. Por lo que podría ser indicio de que el hombre que ellos crearon, el primero de ellos, pueda ser el Neardental y no el homo sapiens como se cree actualmente. Esta hipótesis nos conducen a nuevas teorías: Que la figura o forma humana que tenemos ahora, fue producida gradualmente y de tiempo en tiempo. Comenzando con los primates cuadrúpedos, los primates bípedos, el hombre de Pekín u otra especie similar, el Neardental, el hombre de Cromañón, y finalmente el homo sapiens.
Las evidencias antropológicas nos indican que las formas humanas fueron mejorándose a través de los tiempos. Esto lo podemos ver en las tablillas sumerias que hablan del Noe Bíblico, como un hombre completamente blanco por ser hijo de los dioses o de un extraterrestre. Esto se entiende como una nueva cruza entre un extraterrestre y una mujer humana, práctica que ayudó a mejorar a la especie terrestre de tiempo en tiempo.
Actualmente hay evidencias de que se están produciendo embarazos en laboratorios de naves espaciales. ¿Con qué fin? Tal vez ya se está produciendo el hombre del futuro, que al igual que lo hicieron antes, lo están haciendo ahora. Mejorando la forma humana.
Los dibujos antiguos en piedra que han encontrado los arqueólogos, nos muestran las figuras de naves en forma de platos y figuras humanas en trajes espaciales. Esto nos dice de manera directa, que así como nos están visitando ahora estos seres llamados extraterrestres, también lo hicieron hace entre 10 o 13 mil años, la era que apareció el homo sapiens: y además, la única civilización de la que tenemos memoria.
Pudieron existir otras civilizaciones, como lo sugieren los hallazgos arqueológicos, pero no tenemos memoria de ellas, ni tampoco conocemos si pertenecieron a la especie del hombre moderno o a otra clase de especie. Si seguimos la línea ascendente desde el primate bípedo, pasando por el neardental, al cromañón y al homo sapiens; parece ser que cada una de estas especies tuvieron su origen en el principio de una de las álgidas eras zodiacales, y terminaron por extinguirse al final de la misma, al ser remplazados por una especie mejorada genéticamente por los ingenieros genéticos espaciales, lo que está ocurriendo justo ahora tras bambalinas.
Los mayas se referían al hombre del futuro como a la raza del sexto sol, la que remplaza precisamente a nuestra raza que pertenece al quinto sol. Los teósofos le llaman el hombre de la sexta raza.
-Lo cierto es que, y la lógica universal nos dice que no fuimos creados por el creador original, al menos no directamente, sino que procedemos de otros hombres, de acuerdo a la ley de generación.
Podemos preguntar, retomando la cuestión--¿Cómo fue que estas bolas de fuego o creaturas de luz se convirtieron en humanos? La respuesta es que no tuvieron que hacerlo. Simplemente esperaron que la vida surgiera de forma natural, para comenzar el proceso de manipulación del material genético de los planetas.
Resultando que, el hombre de la tierra no es una creación original y directa del gran creador original universal, sino que procede de la obra de una de esas creaciones que los hijos de las luces o bolas de fuego crearon en algún lugar del universo. Aunque esta hipótesis no conduzca a admitir, que si las estrellas crean creaturas de luz con alguna clase de inteligencia desconocida para nosotros, estas estrellas creadoras también tendrían que ser entidades inteligentes, ya que la inteligencia, según la ley de generación, necesariamente debe proceder de la inteligencia. Preguntémonos esto: ¿Podría la naturaleza universal producir la inteligencia y la conciencia, si ella careciera de estas? ¿Podría la naturaleza universal producir el ojo y el oído si esta no los tuviera? Reflexionemos en esa verdad universal.
Estos humanos extraterrestres, fueron los que se convirtieron posteriormente en los dioses creadores del hombre de la tierra, el cual fue creado a partir de la plantilla genética del primate, y el material genético de uno de ellos. El hombre terrestre confundió a sus progenitores con el Dios original universal, y hasta el día de hoy, la humanidad ha dado culto y venerado a hombres, en vez de venerar a la verdadera esencia creadora universal de la que naturalmente forma parte y lleva en su interior. El Dios creador original es universal. Siendo más específico, es el mismo universo, es TODO, y se diversifica en cada una de sus partes; y cada una de esas partes, son la suma total de ese TODO. De esta manera el TODO se divide y se suma permanente y eternamente sin perder ningún dígito, porque la raíz de todos los resultados sigue siendo parte del número original que es UNO.
Regresando a la parte en que pretendemos demostrar que igual que las tablillas sumerias, la Biblia está hablando de creadores de carne y huesos y no del Dios creador universal. La narrativa de algunas partes del Génesis, entre líneas nos está diciendo que la controversia entre Dios y el hombre, no fue realmente contra el Dios creador original, sino contra los dioses sumerios, contra seres de carne y sangre y con todas las características de humanos, contra sus creadores Anunaki extraterrestres.
Se narra en las tablillas sumerias que los Anunaki crearon al hombre con fines de servidumbre y esclavitud, por lo que no convenía a sus intereses que el hombre conociera la verdad, y decidieron mantenerlo en la total ignorancia. Conspiraron para que el hombre permaneciera ignorante del bien y del mal que existía en este mundo de dualidad, mismo que fue simbolizado con el árbol del bien y del mal. Y se negaron a compartir con él la elipsis de la larga vida, sustancia que era producida por las hojas del llamado árbol de la vida. Así se le en los testos sumerios y en la misma Biblia. Se dice también que llevaron a uno de los humanos a su planeta, pero que nunca admitieron compartir con él o sus congéneres los misterios de la vida y la muerte y los secretos del reino de los cielos, es decir, de su planeta de origen.
Estos señores eran adoradores de las estrellas, las constelaciones, y rendían culto a los planetas del sistema solar, a los que ellos mismos se homologaban desde el momento de su nacimiento. Esta práctica de dar culto a los cuerpos celestes fue traspasada a las generaciones de los humanos, práctica que se sigue en forma camuflada en nuestros días.
La palabra Elohim o Dioses, quiere decir los que vienen del cielo, y en la misma palabra encontramos el origen politeísta de las primeras religiones; y nada tiene que ver con algún origen divino como se nos ha hecho creer, porque su significado solo alude al origen extraterreno o alienígeno de los creadores o progenitores del hombre.
En Génesis 1: 26, dice: “Y Dios pasó a decir, hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza” En la palabra, hagamos a nuestra imagen… se encuentra la alusión a más de un dios, y a que Dios no estaba solo, sino que había otros dioses con él. De otra manera, ¿Por qué dijo Hagamos al hombre a nuestra imagen? Esta declaración de, “hagamos a nuestra imagen”, ha sido torcida por los fundamentalistas para justificar la grandeza de un solo dios, el dios de la Biblia , que no es otra cosa que Enlil, uno de los anunaki que vinieron a la tierra de un planeta llamado Nibiru.
En Génesis 3: 22, dice: “Y Jehová pasó a decir, mira que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros al conocer lo bueno y lo malo” Al decir de Dios: “Mira que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros” ¿Acaso no está reconociendo que Dios mismo está hablando de otros que eran semejantes a él? ¿Quiénes eran los otros?
En la narrativa del Génesis que habla de que la serpiente les abrió los ojos a la primera pareja, al exponer frente a ellos los misterios del bien y del mal, que encendió la cólera de dios, expulsando a la desdichada pareja del huerto para que no fueran a ingerir también la elipsis de la eterna juventud y vivieran hasta tiempos indefinidos como lo hacían ellos--¿Acaso no está narrando la misma historia sumeria?
En las mismas palabras que dicen—“cuando comieron del árbol del bien y del mal, se les abrieron los ojos”, se lee entre líneas que su dios quería mantenerlos en la ignorancia, pero que la serpiente se condolió de ellos y les reveló la verdad. En las mismas palabras que dicen: “Se les abrieron los ojos del entendimiento, se deduce el hecho de que dios o uno de esos dioses los quería mantener en la ignorancia y en la oscuridad, lejos del conocimiento y de la luz. ¿Y qué hizo dios cuando se enteró de que la pareja ya no estaba en la ignorancia, porque la serpiente les había abierto los ojos del entendimiento para ver la realidad? Se llenó de ira, dictó sentencia contra la infeliz pareja, y dijo: “Mira que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros al conocer lo bueno y lo malo” Pregunto: ¿Quiénes eran los otros a los que ese dios hace alusión? ¿Por qué el hombre llega a ser semejante a ellos al conocer lo bueno y lo malo? Y al decir ellos, plural; y no él, singular, se hace evidente que no se trataba de un dios, sino de dos o más dioses. Pero uno de ellos, al parecer el principal o jefe de todos, sintiéndose vulnerable o amenazado ante la nueva condición de los humanos, dijo: “Ahora expulsemos al hombre y a la mujer, no sea que alarguen su mano, tomen de las hojas del árbol de la vida y vivan hasta tiempo indefinido” con esta actitud, el dios Enlil de los sumerios, igual que el dios del génesis, egoístamente le niegan al hombre el derecho de la vida eterna, y lo arrojan del paraíso para evitar esa posibilidad.
Pregunto: ¿Esa sería la actitud del Dios creador universal? ¿Ese sería el proceder de un padre amoroso y amante de sus hijos? Es obvio que no se trata de una relación de padre e hijos, sino de una relación anómala y con fines egoístas. Se trata pues de un simple trabajo de ingeniería genética, entre una especie y otra. Igual que nosotros vemos a los animales de trabajo y de carga, de esa forma nos veían a nosotros. Aunque eso no se declare abiertamente, lo podemos leer entre líneas.
Estos dioses egoístas, lunáticos, rencorosos y vengativos de los sumerios y de los pueblos antiguos no corresponden al nuevo concepto que tenemos ahora del Dios creador universal. -Ahora analicemos la narrativa de la torre de Babel, en donde podemos observar otro conflicto entre los anunaki y los humanos, es decir, entre una especie de humanos y otra, entre los terrestres y los extraterrestres.
Muy interesante a la luz del siglo 21.
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