martes, 5 de abril de 2011

EL ORIGEN HISTÓRICO DE LAS CONSPIRACIONES

EL ORIGEN HISTÓRICO DE LAS CONSPIRACIONES

PARA NO REVELAR  EL CONOCIMIENTO Y OCULTAR LA VERDAD FRENTE AL HOMBRE COMÚN: La historia de las conspiraciones para no revelar la verdad  al pueblo Y para mantenerlo ignorante, dócil y manejable se remonta a los mismos principios de la humanidad. La primera conspiración que se conoce, es la que se menciona en las tablillas sumerias, y que después fue reescrita en el génesis.

Esta conspiración fue orquestada por los mismos dioses, y estaba determinada a mantener al hombre en  total ignorancia, solo que uno de aquellos dioses, que los sumerios llamaban Anunakis, de nombre Enki, y que la tradición judía-cristiana  le dio  el nombre de serpiente y Satanás, rompe  el pacto  que habían hecho para mantener al hombre en total ignorancia, y alejado de cualquier tipo de conocimiento que le diera la posibilidad de revelarse en contra de los planes de sus progenitores, y se alterara de alguna manera el propósito para el cual habían sido creados.
El llamado conocimiento del árbol del bien y del mal, al  que los primeros humanos no debían tener acceso, significaba el propio conocimiento de su  mundo circundante, mundo  de naturaleza dualista, bipolar, o como ellos lo llamaban, “del bien y del mal”. Significaba también que no debían conocer el origen y el final de su existencia, que no es otra cosa que los misterios de la vida y la muerte, y lo más importante, los secretos  espirituales y los misterios del universo.  También se les negó el derecho de vivir largas vidas, existencia que era posible, solo para aquellos que consumían el néctar o elipsis que era extraído de las hojas del llamado árbol de la vida. Seguramente que Enki, conocido también en el génesis como  la serpiente, les había revelado el secreto de la larga vida  en conexión con el árbol de la vida.
Solo que el dios anunaki Enlil de los sumerios, quien es el mismo Yahvé de los hebreos, evitó esa probabilidad al expulsarlos del jardín en donde se encontraba el árbol de la larga vida.
La debelación de aquel conocimiento, según los registros sumerios antiguos, causó un enorme impacto, tanto en los humanos  terrestres como en los Anunakis extraterrestres. A los humanos se les abrieron los ojos—se dice—refiriéndose a los ojos de la mente y del entendimiento;  y al dios anunaki llamado Enlil por los sumerios, y Jehová por los judeocristianos, monta en cólera al enterarse de que su hermano Enki les había revelado todos los misterios del bien y  del mal a la  pareja, y acto seguido los expulsa de sus dominios para que sobrevivieran por sí mismos o murieran. Poco o nada importaba para él lo que les pasara. Después de todo, al abrírseles  los ojos de la mente y del razonamiento, ya no eran viables para el plan original: Mantenerlos ignorantes, inocentes, dóciles y manejables para usarlos como servidumbre personal, y para que se hicieran cargo de los trabajos pesados que ellos ya no querían realizar. De acuerdo a las tablillas sumerias, para eso  habían creado al hombre a partir del material genético de una primate  hembra semihumana que ya existían en la tierra, y del material genético de uno de ellos, y ahora según la percepción del hermano mayor Enlil, todos los planes se venían abajo, por lo que decidió exiliarlos en África, para que si podían, sobrevivieran por sí mismos o murieran.
Otro de los motivos por los que fueron expulsados del huerto  jardín, según el génesis, fue  para que no fueran a tomar las hojas y preparar el néctar de la larga vida y vivieran hasta tiempos indefinidos, como lo hacían los señores  creadores. Esto se puede apreciar entre líneas al leer las declaraciones que hizo el señor Enlil de las tablillas sumerias y/o el señor Yahvé  del génesis, al decir: “He ahí al hombre siendo como uno de nosotros al conocer lo bueno y lo malo. Y agrega, ahora expulsémoslo del jardín, no sea que coma también del árbol de la vida y viva hasta tiempo indefinido” (como uno de nosotros) Así que le negaron también el derecho de vivir por largos periodos de tiempo como lo hacían ellos, al impedirle el acceso al llamado  árbol de la vida.
Este es un fragmento de uno de los muchos enfrentamientos que tiene el hombre terrestre con sus dioses creadores venidos del cielo. Otro enfrentamiento se da cuando el diluvio. Enlil quiere que no se les de información sobre la eminente catástrofe natural que se avecina, para que mueran todos los humanos terrestres. Pero según los archivos sumerios, el hermano menor, Enki, la serpiente del génesis, una vez mas viola el pacto con sus hermanos y le revela a su hijo Siusudra, que los hebreos le dan posteriormente el nombre de Noe, el cual es uno de los hijos que Enki  había procreado con una humana, el fenómeno climático que se veía en el horizonte para que construyera un submarino sumergible para que se  salvara él,  su familia y otros mas.
 Uno de los últimos conflictos entre humanos terrestres y los dioses anunakis extraterrestres, según las tablillas sumerias y de acuerdo a la misma Biblia, ocurre  durante la construcción de la torre de babel. Temas que no ahondaremos más en este trabajo para acortar espacio, y porque ya están tratados en otro artículo.
Lo que tratamos de presentar y llamar la atención en este escrito, es que de acuerdo  a los archivos sumerios y al génesis, la primera conspiración de la que tenemos registro, y que se dio para mantener al hombre sumido en la ignorancia y alejado de la verdad, fue orquestada precisamente por los mismos dioses; situación por la cual, se entiende, se explica y/o se presume, que estos dioses, aunque hayan venido del cielo, como se significa en los seudónimos anunakis y Elohim,  eran de naturaleza humana, carnal y volubles. Y nada tenían que ver con la naturaleza divina del Dios creador original universal. Y esto incluye al dios de la Biblia yod-je-vod-je, Yahvé o Jehová,  toda vez que la tradición cristiana tiene como fundamento a la tradición judía, y esta, a su vez, surgió de la tradición sumeria. ¿Digan entonces, si no hay información oculta que revelarse?  Información que por un lado se niega a salir a la luz, y por el otro, cuando sale, el hombre ha pasado tanto tiempo en la oscuridad, que cundo ve la luz frente a él, esta le lastima los ojos, y este regresa a  la supuesta seguridad de su oscuro refugio.
Ese es el problema que afronta la sabiduría frente a la ignorancia. La ignorancia no puede reconocer lo que nunca ha conocido. De ahí la necesidad de presentársela primero, para que la reconozca después.
 Al través de la historia, el mismo hombre ha conspirado y continúa conspirando  para no revelar la verdad al hombre común.
La NASA y el gobierno de los EE.UU. así como el vaticano y algunos otros gobiernos del mundo tienen información y evidencia sólida sobre la existencia de seres alienígenas y de naves extraterrestres, pero no quieren que el hombre común lo sepa, no sea que vallan a entrar en pánico, dicen, y afecten a las sociedades mercantiles y financieras.
El argumento que siempre se pone como pretexto a la no información o desinformación deliberada para confundir a la opinión pública es, que la población no está preparada para conocer la verdad. Pero los que no están preparados para dar una respuesta satisfactoria a la sociedad, a la que han engañado   por tanto tiempo son ellos.
Los líderes y jerarcas de la Iglesia Católica saben que la religión cristiana  fue formada a partir de las mitologías  de las religiones antiguas, y que los personajes que son el fundamento del cristianismo, son arquetipos simbólicos de los planetas, el sol y las constelaciones del zodiaco. La llamada estrella de David, símbolo del judaísmo, es una representación  solar.
Se sabe también que Jesús no existió, y que el concepto Cristo, no es un alias o un seudónimo, sino  un oficio y un modelo civilizador para el mundo entero, pero los primeros jerarcas de la Iglesia  desinformaron a las masas para hacerlas dependientes de un  supuesto salvador, al que llamaron Jesús, del cual por supuesto, ellos eran sus representantes y sus intermediarios. De esa manera, nadie podía llegar a Dios, sino a través de ellos, y es así como hasta el día de hoy,  los que no se han liberado a través de conocer la verdad, continúan esclavizados a estos nuevos anunakis.
También se sabe que  nadie puede salvar a nadie, sino que cada quien debe procurar y accionar su propia salvación. Por lo que se infiere  al mismo tiempo, que el Cristo, como modelo civilizador, es un concepto universal, pero al mismo tiempo es personal e  individual. De aquí que el salvador del hombre no es el Jesús histórico, como falsamente se le ha hecho creer a la humanidad, sino el Cristo interno que debe encarnar en cada hombre. Y  en el Cristo hombre, tenemos también al Dios hombre y  al Dios interno. Así que tampoco es el Dios del cielo quien asiste y ayuda al hombre diariamente, sino el Dios interno, el Dios que se manifiesta en cada ser humano. Y lo último que quiero decir en este trabajo, es que nuestra realidad no esta regida ni por  dioses ni por  demonios, exceptuando nuestra relación con la naturaleza y con las leyes universales, que son el verdadero  Dios creador  universal, todo es energía y vibración, y depende de nosotros como usamos esas energías.
La energía espiritual es una sola. No es buena ni mala. Todo depende de quien la usa. Puede ser usada para el bien, pero también puede ser para el mal. Dios es luz y energía, y está en ustedes. Dios es todo, y cada uno de nosotros somos una parte de ese todo universal. No necesitan intermediarios, lo que necesitan es conocer la verdad solamente.

Todos los liderazgos del mundo guardan secretos, secretos que no permiten que caigan en manos del hombre común, negando así el derecho a la información y a la verdad. Por eso, la verdad nunca ha estado al alcance de todos, como debería de ser. Los motivos para tener al hombre ignorante pueden ser muchos y variados. Pero la mayoría son por motivos egoístas, y cada uno de ellos tiene nombre:
-Los políticos le llaman secretos de estado.
-Los militares le llaman secretos militares.
-Los inventores le llaman secreto industrial.
-Los profesionistas le llaman secreto profesional.
Las religiones le llaman secretos sagrados.
-Los diose anunakis del génesis  le llamaron  conocimiento dual, bipolar o del bien y del mal.

Sin importar  que nombre le demos, lo cierto es que siempre se ha conspirado para ocultar el conocimiento, y los motivos no han cambiado, siguen siendo los mismos: Sacar ventaja a los demás y llevarles la delantera. Engañar al prójimo para vencerlo, doblegarlo, usarlo y esclavizarlo. Es una actitud egoísta y malévola, y más cuando el conocimiento se  oculta  con  el propósito de  hacer al hombre dependiente, y  con el fin de someterlo fácilmente a la esclavitud. 
 Los líderes políticos  y religiosos  conocen y comprenden aquella frase que una vez dijera Confucio, y que más tarde alguien  escribiera en el Nuevo Testamento: “Conoce la verdad y la verdad te hará libre” El único remedio que existe contra la ignorancia, la dependencia, el miedo  y  la esclavitud, es el conocimiento de la verdad.
El conocimiento  y la comprensión de los grandes enigmas y misterios del universo nos conducirán paulatina e invariablemente a la total y completa liberación, de todos los atavismos, miedos, dependencias, creencias, mitos, etc. las religiones, en vez de enseñar la verdad, utilizan el miedo y el temor para adueñarse de  almas  ciegas y de buena fe. No les hablan con la verdad porque temen perder al rebaño, del cual viven cómodamente y sin trabajar. Pero el hecho de no revelar toda la verdad,  revolcarla, oscurecerla o camuflarla con ritos y símbolos antiguos que nadie comprende, tiene un fin perverso y un propósito malévolo. Seguir manejando a las masas, que son como rebaños particulares de los que se hacen llamar pastores.
La verdad nunca vendrá de ellos. En primer lugar por que no la conocen. Y en segundo lugar, los que sí la conocen, no la revelan, porque no quieren que el hombre sea libre. Cuando el hombre llega a ser libre, busca y encuentra el conocimiento por sí mismo, y deja de buscar maestros, porque el conocimiento está dentro del hombre.
Dentro de nosotros mismos está el conocimiento, dentro de nosotros está Dios y todos los grandes misterios del universo, y en ese estado de conciencia, dejamos de ser alumnos para convertirnos en maestros, primero de nosotros mismos, y luego ayudamos a otros a convertirse también en maestros, para que no dependan de nadie, y sean realmente libres. Soy Raúl Velázquez Rubio.  20 de  Octubre de 2010.

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